miércoles, 14 de diciembre de 2016

Un Año



Un Año











Esta semana, se cumple un año de que comenzó todo este desastre. Un año de puro dolor, malos ratos, esfuerzos, lágrimas, llantos y frustraciones. Siempre dije que el 2016 sería mi mejor año, que me graduaría, viajaría y empezaría la universidad.
Pero mi vida dio un cambio súper drástico, perdí mucho y aún sigo perdiendo. Es que a pesar de que he ganado gratos recuerdos, momentos inolvidables y personas especiales que me han hecho sentir muy especial, perdí mucho. Perdí peso y gané las miradas de desprecio de personas ignorantes, perdí mi cabello y gané amistades que me enseñaron a luchar por sobrevivir, perdí un año universitario y gané una sabiduría que de otro modo no tendría...





Sí, recuerdo mi vida anterior, pero sé que es algo que nunca volveré a tener, a veces quisiera, pero si estoy aquí es por algo.
El año fue duro, horrible y demás, pero ¿para qué me quejo? Si ya lo soporté, solo queda seguir... He tenido que aprender a soportar muchas cosas, mucho dolor, preguntas estúpidas de las personas. Sirvió para enseñarme que la vida no es color rosa, ni lo será, que tenemos que sufrir, que no vivimos, sino que sobrevivimos, que lo mismo que es un día más, es un día menos. Fue mucho lo que me quitó el año, y poco lo que me dio, pero lo más importante es que me enseñó a tener paciencia, y a lidiar con lo que venga.




Soy un libro, y me arrancaron varias páginas, ahora me estoy reescribiendo.
 




PD: FALTAN SÓLO DOS QUIMIOTERAPIAS!!!!!


martes, 29 de noviembre de 2016

Mommy

  Esta semana se me ha hecho dificil decidir de qué hablaré en mi blog.

  Hablaré de mi mamá, porque sin ella no estaría viva, y esto tiene muchos significados. Desde el 15 de diciembre que todo comenzó, ella no ha fallado ni un solo día a mi lado, NI UNO. Ella ha sido la que me ha visto llorar, gritar, sufrir dolores, vomitar, combulsar y demás. Ella, y quizás mi papá y mi novio han estado presentes en algún momento, pero nadie ha luchado como ella. 
  
  Los malos ratos los hemos pasado juntas, es a ella a quien saco del cuarto cuando va a comer porque la comida me apesta, y aun así ella sigue aquí. Es ella a quien le he reclamado por todo lo que me ha sucedido. Es ella quien está en mis noches mas dificiles, más oscuras. A quien le he reclamado por tenerme bajo este tortuoso tratamiento. 

  Nadie, ni tan siquiera yo, sé por lo que ella está pasando. Mi situación podrá ser dificil, pero la de ella, también lo es, y de una manera que solo ella y quizás las demás madres que están en esta (o han estado) en esta situacion saben. 

  Sé que ella solo quiere el bien y lo mejor para mí, aunque a veces sea dificil aceptarlo. No puedo imaginar cuan doloroso y dificil ha sido para ella verme pasar por tanto. Ni siquiera sé como logró verme y sonreirme como si nada estuviese pasando cuando salí de cirugía; no sé si les conté pero luego de mi cirugía parecía un monstruo, la primera vez que me vi en un espejo fue horrible, y eso que la inflamación había cedido un poco.

  Por eso, este blog se lo dedico a ella, y a todos esos cuidadores que día tras día y noche tras noche se desviven por su familiar. No debe ser fácil vivir en su piel, ver sufrir a un ser amado y estar maniatado. 

sábado, 19 de noviembre de 2016

Una quimioterapia

  Se va convirtiendo en una rutina. Esperar a que suba de farmacia en una bolsa marron y fea. Cuando la enganchan, la línea del suero se vuelve amarilla, metrotexato. Dadas mis alergias, hay que premedicarme, solumedrol, ativan y marinol. Todas estas drogas hacen que me duerma, que empiece a ver borroso y no esté cuerda del todo, qué esté muy relajada. Cinco minutos después ya estoy dormida. 

  El mal sabor en mi boca es automatico, haciendo que pierda más el apetito. El suero con quimioterapia dura sólo cuatro horas, los efectos secundarios parecen nunca acabar.

  Tan pronto termina el efecto de los medicamentos, me despiertan las nauseas. Vómitos y más vómitos. El vómito en si es asqueroso, este vomito es ácido puro. ¿Recuerdan lo de mi mandibula? Pues no la puedo abrir casi y tampoco hacer mucho esfuerzo porque duele demasiado. Es horrible.

   Mami sabe que en esos días no como ni comeré. El simple olor de la comida hace que vomite. En mi interior tengo hambre, mucha hambre, pero mi estomago no coopera, no aguanta nada. 

  Me tomaría una batida, pero duele saber que la terminaré vomitando. Vuelven y me sedan. Ahora si soy feliz, ahora todo es más tranquilo. 

 Vuelvo a despertar, y esa extraña sensación de hambre y de qué estoy llena (de aire) sigue ahí. 

   Leyendo esto, muchos que no están pasando por este proceso pensarán que lo peor son los vómitos. No, se equivocan. Este tipo de quimio se trata de estar orinando cada 20 minutos, durante TODO el día (incluyendo la noche) por al menos 4 o 5 días corridos. Mas o menos al tercer día de haber terminado la quimio, siento mi cuerpo caliente, algo así como una insolación de 4 de julio en la playa, solo que no es 4 de julio ni hay playa. En esos días duele que me toquen y a veces la ropa hasta me molesta. 

  Volvamos a los vomitos, esos traicioneros no se van, hay ocasiones en que pasan unas dos semanas y aun estoy vomitando. 

  No, coger una quimioterapia no es sentarse allí y esperar que una bolsa de suero te baje, sentarse o acostarse a coger una quimioterapia es sufrir en carne viva, con el pasar del tiempo ves como tú propio cuerpo te va traicionando, tu propia piel te castiga, como si hubieses tenido la culpa de algo... pero sólo somos víctimas inocentes de esta maldita enfermedad.

   Bajas de peso, por mas que intentes comer no logras engordar, la gente, incluso tus propios familiares te lo recuerdan día tras día "tienes que comer" "tienes que engordar". Si tan siquiera ellos supieran lo difícil que es para uno ponerse de pie. 

  Aun con tantas dificultades, complicaciones y malos ratos, debemos seguir luchando porque lamentablemente no todos vencerán; pero si pones de tu parte y aguantas un pedazo del infierno, lo lograrás. 

   Nunca te dejes llevar por los comentarios de las personas, ninguno, NINGUNO, está en tus zapatos, pueden estar cerca, pero ninguno está ahí. Ninguno se quema en tu propia piel, a ninguno su cuerpo lo va traicionando las semanas después, ninguno sufrirá su boca en sangre...Hablar es sencillo, lo que nosotros soportamos es de guerreros. 

viernes, 4 de noviembre de 2016


 
  Te convertiste en un ángel sin pedirtelo. Eras mi mejor amigo, mi aliado... Serviste de ayuda e inspiración mientras estuve en lo más oscuro. Aún dueles, es imposible que no. No quería hacer amigos, pero ahí estabas tú. No quería ver a nadie sufrir, pero el destino quería que te sufriera. Soy egoísta, muy egoísta, pero la vida es injusta, y eso queridos, es horrible. No sé a dónde lleguen mis palabras, no hay una tumba donde llorarte ni reclamarte. Te fuiste lejos, te fuiste muy temprano. Todos dicen que ya no sufres, ya no te duele, te envidio un poco, bueno quizás mucho, ¿lo sabías? Quizá me quedé con las ganas de decirte muchas cosas, pero sí, te quise muchísimo y siempre tendrás ese pedazo de mi corazón que nadie tendrá. Por ti, prometo cuidarme, prometo luchar hasta el último minuto, sé que así lo quiziste. Nos veremos algún día; espero que me perdones.

  A todos nos parece tan reciente, la herida está ahí, latente; pero ya va un mes. Gracias por todos los ratitos que pasamos juntos, por preocuparte por mí. Me enseñaste mucho, y sé que lo sigues haciendo...

sábado, 29 de octubre de 2016

dieciseis horas...

  ¿Dieciseis horas y quince minutos? Es un título bastante raro para un blog. Quizás para ustedes no tenga ningún tipo de importancia pero para mí sí lo tiene. 

  Fueron dieciseis horas con quince minutos las que estuve bajo anestesia general en una sala de operaciones. Varios médicos (los mejores) estuvieron intentando remover mi tumor, a Babi. En enero cuando empezó toda esta "cosa" y me dijeron que tenía una "lesión" decidí llamarlo Babi, lo sé, estoy un poco loca. 

  No, no se suponía que la operación durara tanto tiempo, estaba pronosticada para durar de 5 a 6 horas, 7 como máximo. 

  Entré a sala mas o menos a las 8 de la mañana. Me sedaron y me fui en un sueño profundo. No, cuando te ponen bajo anestesia general no sueñas, si no que todo se va en negro, es como un "shut down" del cuerpo. Es un poco escalofriante. 

  Volviendo al punto, los cirujanos, al abrirme, se encontraron con algo totalmente distinto a lo que revelaron los scans. Babi había crecido, era mucho más grande de lo que se pronosticaba. Uno de los cirujanos le dijo a mi mamá que no sabía como era posible que estuviese caminando, Babi estaba oprimiendo venas importantes, se suponía que el oxígeno no estuviese llegando bien al cerebro. 

  Salí de cirugía a las 12:30AM apróximandamente... Sentí el tubo que tenía en mi garganta. Desde que me hicieron la biopsia, adopté la costumbre de tan pronto despertara de una anestesia revisar si mis piernas se movian y verificar qué cables tenía conectados. Me estaban poniendo oxígeno, habían cables por todos lados. Pude escuchar a las enfermeras decir que tenía una traqueo, pero que yo no lo sabía. Claro, porque cierras una cortina y ya yo no voy a escuchar...

  Mami entró a verme y después papi. Yo estaba muy muy asustada, y me estaba durmiendo, pero sabía que si me dormía, más se iban a tardar en ponerme en cuarto. 

  Como a las 2 de la mañana me subieron a intensivo. Fueron doce las noches en que no dormí, tenía miedo de cerrar mis ojos y no volverlos a abrir. Tenía miedo de dormirme y que la tráqueo fallara y me asfixiara. Tenía miedo de que me pusieran un medicamento que no era. Estaba en pánico. No podía hablar, aun no había aprendido a hablar con la tráqueo.

  Fueron solo doce días, y pasaron más cosas que en lo que iba del año. Algunas noches logré dormir al menos dos horas, pero el dolor era insoportable. Me creía la mujer maravilla y no pedí nada que no fuese Tylenol. 

  Intensivo no fue lo peor, tuve enfermeras y doctoras excelentes, una combulsión en mi última día...el drama, recién comenzaba. 

jueves, 27 de octubre de 2016

Intro

Hola, he decidido hacer este blog para compartir un poco con ustedes la realidad de tener cáncer, de someterse a un tratamiento de quimioterapia extenso, abrumador, doloroso y hasta maltratante en cierto sentido. No, no se trata de lazitos, caminatas o maratones. Se trata de agujas, scans, radiografías, procedimientos dolorosos, vómitos, debilidad, falta de apetito y dolor en el alma.

Para aquellos, que no me conocen del todo, que son ajenos a mi historia, aquí les dejo un breve resumen que escribí hace un tiempo atrás. Sí, se permite llorar...

Despiertas un día con dolor en la cara, al siguiente tienes que cancelar una reunión porque estás hospitalizada, cuando te das cuenta, tienes un tumor creciendo en tu mandíbula. Al día siguiente ya no está el tumor, tampoco tu mandíbula, ni tu pelo... pero tienes una tráqueotomia, no puedes hablar... ¿Cuándo pasó? ¿Cómo? ¿Por qué? Nadie sabe, no hay motivos, no hay explicaciones.

Cuando me dieron mi diagnóstico (un osteosarcoma mandibular), me tomé al menos unas buenas cuatro horas para llorar, no quería ver a nadie ni saber de nadie. Las palabras de la doctora era como si me hubiesen lanzado a un acantilado. Recién el día antes había empezado a hablar, ¿cómo le iba a dar esa noticia a mi familia? Mi abuelo, mi novio, mi hermanito...Pensaba que me iba a morir. Muchas doctoras fueron donde mi a darme aliento, pero para mi el cáncer siempre fue sinónimo de muerte, de fin.

No sé cómo lo hice, estaba en intensivo, no podía comer ni valerme por mí misma, pero me levanté, limpié mis lágrimas y dije "ni modo, vamos a bregar con esto". Admito que las primeras semana fueron horribles, hasta dejé de hablar. Un día, un grupo de jovenes fue a llevar dulces a los niños de Onco, salieron de mi cuarto y yo exploté en llanto. Lloré como nunca, me vi reflejada en ellos, yo sabia que yo era como ellos, era... Además, ni siquiera podía comer.

Veo mis fotos con pelo y en realidad lo extraño, bueno quizás no extraño mi pelo, mas bien son los momentos de felicidad y "libertad que tenía". Llevaba una vida demasiado perfecta para ser buena y real, ¿tu sabes? cuando sientes que todo va saliendo muy bien y que algo malo va a pasar, así estuve yo, hasta que "se me cayó la boca".

Sí, lo admito, durante las quimio he deseado hasta no haber sido el espermatozoide ganador, pero todo tiene un propósito y esto es lo que me tocó, sólo es un proceso más para moldearme, para hacerme crecer, y hoy me puedo dar cuenta, quizás al principio no lo entendía (o cada vez que vomito se me olvida) o no lo quería entender... pero esto me ha servido de mucho.

Para todos esos que están batallando contra esto u cualquier otra cosa, está permitido caer, siempre habrán días y quizás hasta semanas malas, pero no una mala vida. Es cuestión de actitud...