Siempre lo he dicho, uno no aprecia las cosas hasta que se da cuenta de que no las puede tener. Antes que todo esto pasara, me daba igual si iba a ver a mi hermano jugar o no. Casi siempre tenía cosas que en el momento parecían ser más importantes, pero en realidad no lo eran. Ahora, haberlo visto jugar, y más en los Perfect Games, me llenó de una satisfacción inmensa. Cosas así, son las que ahora aprecio, inclusive la calor que hace. ¡Estuve un año viviendo en el polo norte, entiéndanme!
Me daba el lujo de decir que no, me cohibía de mucho. Ahora no, ahora no hay oportunidad que desaproveche. Vivo feliz, tranquila. Nunca sabemos cuándo será nuestro último día. Mejor disfrutar que lamentar.
Desde el ultimo blog me quede con ganas de escribir más, así que aprovecharé…
Mi primer ataque de pánico fue el 11 de febrero. Me tocaba hacerme el primer MRI después de la biopsia a ver como iba Babi (Ya a este tiempo sabía que Babi era un tumor, y ya le había puesto nombre. Le cogí cariño y to'). ¿Recuerdan que les dije de la alergia? Pues para hacerme el MRI había que inyectarme un contraste, y yo no me iba a dejar.
No les expliqué como fue la alergia... Empecé a estornudar, pensé que tenía alergia normal, pero conmigo nada es normal. Empezaron a salir ronchas y a sentir picor en todos lados. Se me hizo difícil respirar. Mami y yo estabamos solas en ASEM, asi que intenté calmarme y en un rato se me pasó. Estaba muerta de miedo, y pensé que me iba a morir (soy bien dramática, mis pediatras me llaman Drama Queen).
Volvamos al MRI, yo no sabía que el contraste era diferente (me lo dijeron pero no le creí, el tipo del CT Scan en ASEM tambien dijo que no hacía nada, no tenía porqué creerle ). Grité, lloré y patalié, después que papi había pagado, yo no me iba a dejar.
La mala noticia, terminé dejándome, no fue tan malo como pensé. Bueno, ese día no, pero después desarrollé alergia al contraste del MRI tambien (gadolineo).
Un mes y siete días exactos después de mi primera cirugía…
Llegué por ASEM otra vez, yo siempre era una emergencia, mientras estaba en sala de espera con mami, papi y Víctor, llegó un grupo de mas o menos siete otorinoralingólogos a verme (Stephanie la sensación del bloque, la realidad es que me sentía toda una diva). Tocaron a Babi, me miraron y se fueron, sinceramente creo que les di miedo.
Mientras esperábamos que me pasaran a un cubículo, mami descubrió que tenía una vena en la cara violeta, más violeta de lo usual, y que antes de llegar al hospital no estaba así. Estaba cerca del labio. Ni mami ni yo sabíamos que significaba eso. Después entendimos que Babi se había salido de control (nunca lo estuvo) y que estaba empezando a expandirse. Desde ese momento dejé de sentir esa parte de la cara, no ha recuperado, aunque recientemente parece estar despertando (está empezando a hacer movimientos, pero le encanta hacerlo de madrugada o cuando estoy en sitios públicos, la primera vez que lo sentí moviéndose eran las 12 de la noche y desperté a todos para asegurarme de que no estaba loca).
Ese día/noche comí lo más que pude. Sabía a lo que me iba a enfrentar. Lo malo fue que en centro médico a las 12 AM lo único que queda abierto es subway, mi ultima cena fue un pelao’. Le supliqué a papi por unos palitroques de pizza hut antes de que fuese tarde pero no quiso salir, (papi yo nunca olvido, y más si se trata de comida). Me tuve que conformar con el pelao y las papitas Lay’s. Fue mi última comida en semanas.
No les conté lo más divertido, ASEM es donde llevan todos los accidentes, las personas baleadas, los que están críticos y demás. Vi un muchacho entrar que se acaba de picar la punta de los cuatro dedos. Él entró por allí caminando como si fuese el shopping, mi mandíbula casi se cae de nuevo. Otro se cayo de una motora y se peló toda la mitad del cuerpo, también una muchacha mas o menos de mi edad que intentó suicidarse y los paramédicos no la podían dejar sola. ASEM es como ir a un safari, literalmente.
Por la mañana Vahdani fue a buscarme para llevarme a preparar. Okay Vahdani es un cirujano maxilofacial muy bueno que me llevó pizza cuando logré abrir mi boca (confíen que trabajé duro por eso). Me llevaron a donde te preparan y eso, mami entró y estaba aguantando las ganas de llorar (les dije que es un drama) y yo de lo más chilling. Unas estudiantes de anestesiólogía fueron a orar por mí, hice el turno 12. Mi cirujana favorita (les juro que más adelante les hablaré más de ella, unas pocas líneas no le hacen justicia, ella merece más), llegó y habló con mami y conmigo, yo estaba tranquila.
A las 8:30AM la ketamina quemó mis venas y empecé a ver borroso, lo último que recuerdo son los focos amarillentos del quirófano. El resto, ustedes ya lo saben. Y si no lo saben, lean el blog completo
PD1: Mami me regañó por las ultimas posdatas, no me hizo borrarlas porque Dios es grande.
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