sábado, 1 de abril de 2017

Adiós pelo 

                  


     A los ocho tomé la decisión de recortar mi pelo por primera vez y donarlo. Lo hice, terminé pareciendo a Dora La Exploradora y siendo víctima de bullying. Cuando, cuatro años más tarde, volví a cortarlo y a donarlo, el bullying fue aun más fuerte. Eso no hizo que mi filosofía cambiara, al contrario, tomé la decisión de raparme tan pronto cumpliera los 18.


    Demás está decir que mami y abuela se oponían rotundamente, pero ya iba a tener 18 so 🤷🏽‍♀️. Con el apoyo de mi misma era suficiente.

       Cuando me diagnosticaron, una de las primeras cosas que pensé fue "Finally me voy a rapar 🎊🎊" pero ahí estaban mami y abuela diciendo que no. Según ellas si me lo cuidaba las quimios no iban a hacer que se me cayero. Of course.

     Nunca he sido persona de peinarme y cuando se empezó a caer, se empezó a enredar y a dejar pelos donde quiera que iba. Mi almohada estaba llena de pelos, el baño estaba lleno de pelos, pelos pelos everywhere. Me exasperaba a un nivel increible. 

      El día antes de mi graduación, mi pelo empezó a enredarse en grandes proporciones. Cuando Jennie iba a secarlo, los nudos caian, ya no podía más. ¡Estaba loca por raparme! Quería hacerlo allí mismo, pero otra vez no me dejaron. ¿Ustedes imaginan lo bella que me vería con el birrete y calvita? I know, very flawless ✨

      El día después de la graduación me rapé. Fue un momento de alegría y respiración entre tanto; pero para mí. Mami, desde que cogí la tijera empezó a llorar, como la Drama Queen certificada que es. 

    A mi no se me cayó el mundo, a mi se me iba a caer el pelo y yo me lo tumbé. 

     Después de pasarme la máquina, lo primero que hice fue abrir el freezer y literalmente metí mi cabeza ahí. Después hice lo mismo pero con el aire acondicionado. Sentía como si mi cerebro al fin tuviese pulmones. 

      Bryan se sentía orgulloso de mi y feliz porque me parecía a él, corrección, él se parece a mí porque osea. Nos tomamos un selfie cara con cara que parecíamos gemelos. 

       No lloré mi pelo , no lo sufrí ni lo sufriré. Ahora sufro porque está creciendo lacio. 

1 comentario:

  1. Acabo de leer esta y tu historia anterior y te puedo decir que no te conozco, pero ya te quiero. Tienes madera de escritora, de esas escritoras que te hacen reflexionar con una sonrisa en los labios. Te deseo felicidad y que Dios te bendiga y te siga dando de esa alegría que nos hace falta a muchos. Te repito, eres una gran escritora. No todo el mundo logra escribir con tu estilo. Abrazos mi vida.

    ResponderEliminar