sábado, 18 de marzo de 2017

Uniendo Cabezas por los niños de CAP 

       

    Cuando la Fundación CAP me preguntó si podía ser su CAPitana dije que sí sin pensarlo. Es un honor tan grande ser portavoz de mis compañeros de hospital, de poder llevar su voz y que el pueblo conozca nuestras necesidades y sepan que su donativo se queda 100% en Puerto Rico.   


    ¿Les cuento mi día?   



     A mi me pasan cosas que si no tomo fotos nadie me creería. El día antes, una “criatura” bien prepotente nos chocó, pero tranquilos y quietos, que ella en vez de llamar al 911 llamó a “su abogado”. Tengo mi prótesis so’ tengo que ir a chequear que todo siga en su sitio. El policía nos dijo que esperáramos la ambulancia, que tardó tan poco como dos horas. Tenía un dolor en el cuello, que se extendía hasta mi mandíbula por el impacto. La cosa es que llegan los paramédicos y me dicen que no me pueden llevar a centro médico, que tiene que ser a un hospital del área; si gente, después de esperar dos horas allí. Gracias al policía Crespo, que se quedó todo ese rato con nosotras. Cuento corto largo, salí de Centro Médico a las 10:00 de la noche, cansada, con hambre y un dolorcito chévere. 


                                              ✨✨✨✨✨✨✨✨✨      


   Llegué a la actividad temprano, a las 8:30 ya estaba allí. Cuando entro, Gretel y Zary me estaban esperando. Nada más y nada menos qué con un video de Pedro Capó y Christian Pagán mandándome saludos. Brinqué y grité como loca. OMG.



           La actividad fue un éxito, y ya quiero que sea la próxima para seguir participando como sobreviviente. Me conmovió el alma todos esos niños y niñas de apenas 7 y 8 años que llegaron hasta allí para donar su cabello, de hecho vi dos que llegaron con sus alcancías, fue inevitable no llorar. Si me senté cinco minutos durante todo el día fue mucho. Muchas gracias a todos. Muchos niños pequeños y algunos no tan pequeños se tomaron fotos conmigo como si fuese una artista, me sentí como una celebridad, ok no. Escuché muchos mensajes de aliento, palabras hermosas que me hicieron llorar. Pude ver a mi cucurru, a quién el próximo jueves operarán, así que les pido que la pongan en oración.      




Bueno, eso es todo por hoy, hoy no hay nada triste que contar, por el contrario, ha sido una semana de mucha felicidad. Grandes puertas se siguen abriendo y hay muchas sorpresas 🎉   


     See you next week 💓

martes, 7 de marzo de 2017

Desde sus ojos


        Hoy se cumple un año de mi operación. Hace un año le dije “Bye Bye”  a Babi para siempre. Ya no más tumor.

         Ya les había dicho que la operación fue larga y aunque fue poco el tiempo que estuve despierta ese día, pensé que me iba a morir o que mi traqueotomía se iba a caer (sí, estuve al menos dos horas agarrando el tubo del oxígeno) y diciéndome a mi misma que no iba a sobrevivir. Hasta tuve pesadillas en las que unos ángeles me iban a buscar…

         Quiero que tengan una idea más clara de lo que fue ese día, pero no soy la mejor persona para contarles, estuve sedada un 85% del tiempo…
El blog es tuyo Víctor…

        “Ese día me encontraba haciendo mi práctica universitaria, pero mi mente no estaba allí, cada minuto que pasaba me preguntaba que estaba ocurriendo, si mi novia había salido, si todo iba bien…
Llegué al hospital como a las 5:30, sólo. En el estacionamiento me encontré con Jeffrey Aubry, ex-jugador de los capitanes, mi equipo favorito. No, no lo saludé, mi mente estaba demasiado distraída para eso. Busqué un guardia de seguridad para preguntarle como podía llegar a sala de operaciones. Ella pensó que iba a hacer mi practica allí porque aun tenía mi uniforme de terapia física, ni siquiera recordaba que eso tenía puesto. Tan pronto terminé la practica salí directamente hacia el hospital, hacer una parada me haría perder tiempo. La guardia me preguntó dónde haría mi practica y le expliqué que no iba a hacer la práctica, que necesitaba llegar a sala de operaciones a ver a mi novia.

             Al entrar a la sala de espera de sala de operaciones, la primera persona a la que vi fue a Madeline, mi suegra. Intentaba mantener la calma, pero la conozco suficiente para saber que estaba nerviosa, ansiosa y asustada. Me dijo que la cirujana había salido a pedirle consentimiento para poder abrir más de lo pronosticado, porque Babi, como ella le decía, se había regado y también había que hacerle una traqueotomía. Esas no eran buenas señales. Sentía que me iba en un abismo, aunque "intentaba" mantener la calma.

        Llamé a mami y entre lágrimas le dije todo lo que Madeline me había explicado. Ella intentó calmarme, pero yo apenas podía hablar. Me dijo que dejara de llorar, que ella iba en camino para el hospital.


          En la sala de espera estaban mis suegros y María, una amiga de la familia, pero a medida que las horas iban pasando varias personas empezaron a llegar. Eso hizo que me distrajera un poco. Mami, mi padrastro y compañeros de trabajo de Madeline estaban allí.


       No me asombraba, mi novia era y es muy querida y tiene el apoyo de muchas personas. Ella siempre busca ayudar a los demás y se deja amar de todos los que la conocen.


       Solo pensaba que los doctores no tenían ni idea de qué hacer, que la tenían allí esperando, a veces cambiaba a algo más positivo y pensaba que todo iba muy bien. Mi mente era un lío entre pensamientos negativos y positivos. Estaba desesperado.


Las horas pasaban lentas. Por más que mirara el reloj era como si no quisiera caminar. Las siete… las ocho… las nueve y aun no habían noticias de Stephanie. Las diez… las once… todo seguía igual.


Cuando finalmente, después de lo que pareció una eternidad, me dijeron que Stephanie había salido de sala, me puse contento, feliz y ansioso. Todo a la misma vez, (a veces no sé cómo sobreviví a ese día). Sólo una cosa tenía clara, quería verla, quería verla, quería verla. Todo ese tiempo fue más desesperante que las dieciséis horas y quince minutos que duró la operación.


Al momento, no me dejaron pasar a recovery a verla. Entró su mamá y me dijo que estaba inflamada, que iba a ser fuerte verla. Nada de eso me importaba, yo solo quería ver a mi novia. Mientras más esperaba, más me desesperaba. Llevaba sin verla desde el día antes, pero se sentía como meses, necesitaba verla. Fue de madrugada cuando pude verla.


Sorprendente, es la única palabra que puedo encontrar para describir la sensación de verla al salir de sala de operaciones. Estaba inflamada, la cicatriz era bien grande. Lo más increíble de todo es que a pesar de la inflamación, la cicatriz, los tubos y las máquinas; la seguía viendo igual de hermosa que siempre. Mami me preguntó si la había visto, y que como estaba, y le dije que estaba hermosa. Estaba viva.


En el camino de sala de operaciones hasta PICU, no lo podía creer, no podía creer que en realidad era ella quien estaba pasando por eso. ¿Qué esas cosas no solo pasan en las películas? Eso solo pasa en las películas… Jamás pensé que yo iba a tener que vivir esa trágica experiencia. Ver a mi novia acostada en una camilla sin poder hablar, con una traqueotomía y una cicatriz desde su labio hasta la oreja; cien puntos. Era increíble. Parecía un sueño malo, era totalmente irreal.


Iba todo el camino hacia PICU diciéndole que la amaba, no sabía si ella me entendía, pero no me importaba. La primera reacción de mi cuerpo fue tomar su mano.”


**Llegué, vengo a aclararles que si lo entendía, iba todo el camino aguantando las ganas de llorar porque tenía que mostrarme fuerte. Verlo y escucharlo decirme “Te amo” me tranquilizaba. La realidad es que estaba muerta del susto y cada vez que dejaba de verlo porque la escolta iba muy rápido sufría. Necesitaba verlo.**
  

        “Al llegar a intensivo, nos mandaron a sus papás y a mi, (que éramos los únicos que quedábamos) a un cuarto en lo que la estabilizaban. Me sentía un poco más tranquilo porque ya la había visto y sabía que estaba bien, pero quería quedarme con ella, eso me ponía ansioso. Su papá se fue, y Madeline me dijo que me fuera, pero yo quería verla otra vez. La ví, y en contra de toda mi voluntad me fui.

         Esa noche y todas y cada una de las que pasó en intensivo me preguntaba si iba a amanecer viva, si la volvería a ver, si volvería a escuchar su voz; ¿volveríamos a estar juntos?
       

        Nunca le cuestioné a Dios lo que pasó, nunca me pregunté porqué a ella. Sé que todo en esta vida su propósito tiene y ella encontró ya el suyo. 


         Cada vez que iba a verla en intensivo, en el ascensor le pedía a Dios la fortaleza para poder verla, que no me permitiera derrumbar delante de ella. Después no importaba, delante de ella tenía que ser fuerte. 


            La noche que me llamó y habló me emocioné como nunca. La escuché al fin, pensé que nunca volvería a suceder. Sus primeras palabras para mí fueron “imbécil”. No me importaba, sólo estaba feliz de que pudiera hablar, se estaba recuperando, estaba mejorando.
           

          La visita en PICU era restringida, sólo tenía cinco minutos para verla, y su abuelo siempre me estaba ajorando. Todo el mundo quería verla. Madeline siempre me ayudaba y me quedaba más tiempo, una vez me quedé como dos horas escondido. El primer día después de la operación le llevé un globo que le duró como tres semanas sin vaciarse y ella lo tuvo hasta que la dieron de alta. 

           Sí, como ella misma les ha dicho antes, fue una experiencia horrible, que no le deseo a nadie y que jamás quiero volver a pasar. Me sirvió para darme cuenta de que nadie está exento de nada, que todos somos humanos y podemos caer, cualquier cosa puede pasarle a cualquier persona. Conocí lo que significa el verdadero amor, que no todo es color de rosa, que el amor significa estar juntos siempre, no solo en las buenas. Hoy estamos aquí, mañana no sabemos…

Te amo princesa.”

jueves, 2 de marzo de 2017

Reiniciando...

        

       

       Me preguntan cómo me ha ido en este primer mes... 


       Me he dedicado con mucha pasión a dormir y a comer, ¡porque me lo merezco contra! Tengo una listita de cosas que quiero hacer, empezando por bañarme en la lluvia y poner un buzón frente a mi casa. 

       Todos preguntan qué cómo me he sentido, estoy bien, estoy mejor que nunca. Cuando me preguntan se qué muchos no me creen, pero en realidad estoy bien. Me alimento bien, muy bien, lo más saludable posible, tomo mucha agua y ya no sé lo que es vomitar. Voy de paseo cada vez que puedo, siempre y cuando no interfiera mucho con mi horario de sueño. Estoy yendo a mis citas como se debe y hay una operación en camino, pero confío en Dios de que todo saldrá a la perfección.

       Extraño mucho el hospital, las enfermeras que me añoñaban, a mis doctoras tan hermosas y a Moisés, hasta a las señoras de mantenimiento y el viejito de los "page". Hasta los gritos de Feliciano a las 7AM anunciandote que como el estaba despierto, todos teniamos que estarlo, a Misty buscando algo de comer, a Miró y a Leo ir a molestar, porque ¿qué puede ser mejor que ser despertada con una parranda?. Ni hablar de los pancakes ilegales con Fabi o llenar el piso con corazones y mucho brillo. De verdad que el #TeamOnco es el mejor. Estoy feliz de no volver, pero una parte de mí los extraña mucho, aunque voy casi todas las semanas a verlos.

       Fui a la playa, de hecho fui dos veces. Cuando pise la arena, mi yo interna estaba dando saltitos de felicidad, y ni hablar de cuando entré al agua. En momentos así es que puedes apreciar los pequeños detalles de la vida, que resultan los más importantes. Literalmente estuve todo el tiempo dentro del agua, pero me tuve que ir temprano porque me tenía que lavar el pelo, SIKE. 

       He disfrutado, he salido y sin mascarilla, puedo respirar feliz. He hecho uno que otro desarreglo, pero en general me estoy portando bien. Me está creciendo el pelo, pero es un tema del que no estoy preparada para hablar, mejor dicho para peinarme, y al fin tengo pastañas.


      Entendí cuál es mi propósito, y él de muchos niños como yo. Estamos aquí para cambiar vidas, para alentar a los demás y decirles que nada es imposible, que hay que perder el miedo, vivir sin estrés, porque al fin y al cabo nuestros caminos ya están trazados. Estoy lista para tomar las riendas de mi vida, para empezar de nuevo con todo. Estoy preparando cosas muy chéveres, así que no dejen de leerme, besos.


       PD; Sé que hace tiempo no escribo pero estaba disfrutando ;)